lunes, 8 de marzo de 2010

Deco


Apenas llegados los robots a la modernidad, inmediatamente fueron rechazados. Ruidosos y pesados no parecían tener utilidad en los hogares. Sólo los excéntricos incorporaban algunos a su quehacer cotidiano. En el esfuerzo por instalar en la sociedad de consumo este producto destinado a volverse imprescindible se crearon ejemplares tentadores e irressitibles. Servicial y decorativo , este robot era perfecto para cualquier ambiente o familia.

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