Los astronautas frecuentemente guiaban a los robots desde sus cómodas butacas en las naves madres, y los llevaban a recorrer los maravillosos, o amenazantes, pero siempre apasionantes paisajes de los diferentes planetas. Ensimismados en los descubrimientos los hacían recorrer, y recorrer distancias y se olvidaban que los robots tenían que volver, y cuando lo recordaban estos ya estaban sin energía o combustible, con lo cual debían salir ellos, los astronautas, al rescate del mecánico compañero. Este inconveniente contrajo polémicas y discusiones entre los astronautas para que vaya uno u otro: Que vaya el otro que él no tenía puesto el traje, que él había salido ayer, que porque siempre él, y así, en muchos casos llevando la dinámica del grupo de la nave a situaciones críticas que llegaron a hacer peligrar el programa espacial. Después de estos altercados muchos astronautas no querían volver al espacio con uno u otro compañero.
Si el problema de los robots era de recargo de combustible ¿porque no darles el mismo combustible que nosotros consumimos?, o sea oxígeno. Y así desarrollaron los Robots Respiratorios ,a oxígeno.
Pero la creación de estos admirables Robots introdujo, como nunca antes ,una cuestión filosófica en la robótica. La Escafandra, en el robot, nunca se había visto hasta ahora y planteaba cuestiones técnicas y éticas como todo científico debe considerar .
Con esta cuestión y la perplejidad que provoca, se reunirá próximamente el Primer Simposio de Robótica con el título: La Escafandra en el Robot, ¿Herramienta, o Sombrero? Conclusiones, que por supuesto, se publicaran en esta página.